Hoy en día, raro es el hogar que no dispone de un lavavajillas, además se usa prácticamente a diario. Al igual que la lavadora el 90% de su consumo de energía eléctrica es utilizado para calentar el agua.
Afortunadamente se han producido mejoras en la tecnología de estos aparatos, y actualmente existen modelos que seleccionan la temperatura del agua y programas que reutilizan el calor utilizado en el lavado para emplearlo en el secado o aclarado.
Consejos prácticos para reducir el consumo de energía del lavavajillas
- Escoge un lavavajillas con etiquetado energético de la clase más eficiente.
- Llena el lavavajillas hasta el máximo de su capacidad. ¡No lo enciendas hasta que no esté completamente lleno!
- Todos aclaramos los platos en el grifo antes de introducirlos en el lavavajillas pero ¡por favor no lo hagas con agua caliente!
- Procura retirar en seco los restos de alimento de la vajilla.
- Si tu vajilla no está muy sucia utiliza un programa económico o de baja temperatura.
- Realiza un mantenimiento periódico de tu lavavajillas: limpia el filtro y revisa el nivel de carga de la sal y el abrillantador.
- Utiliza un lavavajillas con un tamaño adecuado a tus necesidades.